Se define solidaridad como adhesión voluntaria a una causa de otros. Etimológicamente proviene del latín solidus, que significa sólido, soldado, unido. En mecánica se consideraban solidarias o revolucionarias las ruedas y piezas que formaban parte de un mismo eje, correa o árbol de transmisión. Por el contrario se consideraban insolidarias o contrarrevolucionarias las que giraban en sentido contrario unas respecto de otras, por fricción o engranaje entre sí. Por tanto eran solidarias, por ejemplo, las huelgas de unos trabajadores en defensa de otros, puesto que todos formaban parte de la misma clase, estaban unidos en su misma suerte.
El término solidaridad no debe confundirse con el de justicia, que se basa, bien en la equidad, bien en la legalidad, pero, en todo caso, manteniendo la relación social pre-establecida. Tampoco se puede confundir con el concepto de caridad, que se ofrenda, voluntariamente, a quien se considera más necesitado de ella que uno mismo. Por el contrario la solidaridad une a los que se consideran que se benefician de sus propias acciones, a los que se consideran afectos por los mismos problemas, luchando por iguales intereses.
Es de notar que esta palabra se utiliza incorrectamente con mucha frecuencia. Se habla, por ejemplo, de "Solidaridad intergeneracional" para referirse al pago obligatorio por parte de los trabajadores jóvenes de las jubilaciones de otros, en la esperanza de que, cuando les llegue su turno, otros lo harán para ellos; o de "Solidaridad interterritorial" para la distribución de dinero recaudado mediante impuestos desde regiones ricas, habitualmente productoras, a otras pobres, que consumen los productos de las anteriores, redistribuyendo la transferencia de fondos que supone el pago del precio "libremente impuesto" por los empresarios.
Peor aún es el llamamiento a la "Solidaridad interclasista", algo que es imposible por definición. O la reiterada llamada de (am)Bush II a aportar fondos obligatorios (especie de "canon de protección" de Al Capone o de "impuesto contrarrevolucionario") para reconstruir Irak (lo que nunca se ha hecho) destruido por él, bajo la amenaza de impedir la participación en el negocio de dicha presunta reconstrucción o en el expolio de su petróleo.
Estos usos del término son incorrectos, ya que los recursos económicos no se han aportado voluntariamente. La "Solidaridad obligatoria" es una contradictio in terminis, lo mismo que "fue suicidado" o "precio abusivo".
La Organización de las Naciones Unidas aprobó que los Estados más ricos debían ceder un 0,7% de sus productos interiores brutos a los Estados más desfavorecidos, en compensación al expolio tradicional de los recursos naturales, incluida la explotación esclavista y colonial, de éstos últimos en beneficio de los primeros, lo cual no puede considerarse solidaridad, sino reparación de una injusticia histórica. El Día Internacional de la Solidaridad se celebra el 31 de agosto.
La igualdad social es una situación social según el cual las personas tienen el mismo nivel social en algún aspecto. Existen diferentes formas de igualdad, dependiendo de las personas y de la situación social particular. Por ejemplo, la igualdad entre personas de diferente sexo, igualdad entre personas de distintas razas, igualdad entre personas discriminadas o de distintos países con respecto a las oportunidades de empleo o la igualdad de diferentes razas respecto a derechos de tránsito, de uso de transportes públicos o de acceso a la educación. La lucha por los derechos sociales fue bandera del movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos durante los años 1960.
Actualmente, la igualdad social en algunos aspectos ha ganado terreno en occidente -especialmente primer mundo- debido a las múltiples luchas por la libertad en amplias áreas, aunque de forma aún bastante limitada a pesar de las apariencias; pero en la mayor parte de los países del mundo continúan muchos tipos de desigualdades sociales de gran magnitud.
Desde el liberalismo se critica el concepto "igualdad social", que se considera como inalcanzable en la práctica. Los liberales argumentan que, teniendo las personas distintas habilidades y motivaciones, siendo de hecho desiguales, la única forma de conseguir la igualdad económica es expropiando a los más ricos y repartiendo su riqueza entre los más pobres.
Esta expropiación supone una nueva desigualdad, ya que en este caso se está privando de poder político y de derechos personales a una parte de la población.
El liberalismo distingue entre la igualdad de oportunidades y la igualdad de resultados. Friedrich Hayek argumentó que la igualdad de resultados supone en sí misma la destrucción del Estado de Derecho, ya que para conseguir que personas diferentes tengan los mismos resultados, la Ley debería tratarlos de diferente forma, lo cual sería contrario al principio de igualdad ante la ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario