Powered By Blogger

sábado

Egoísta… pero te amo.

Sobre la mesa estaba todo: la jeringa, la cuchara, el encendedor y la pequeña roca de heroína. Entre nosotros un silencio tan denso que casi podía tocarlo. Pink Floyd sonaba ajeno a nuestros pensamientos y el sol moría a cada minuto que pasaba, dando paso así a la noche y una luna que podía adivinar enorme, roja y acompañada de unas cuantas estrellas. La noción del tiempo se perdió cuando el reloj de la pared se suicidó al saber que ya no nos era indispensable. Alguna vez me dijiste que existimos porque hay alguien que nos extraña, alguien que nos añora. El tiempo entonces se murió. Nuestros ojos por fin se encontraron e intentamos escudriñar qué había detrás de esa situación. Ya habíamos discutido mucho, barajado las opciones e intentado seguir un plan detallado, pero nuevamente cual bipolar había tirado todo por la borda, me había encerrado y alejado de todo cuanto me rodeaba y me había dejado al olvido. Esa era mi especialidad. Salir huyendo ante situaciones adversas. Cobarde. Así me llamaste la última vez y yo te grité que más cobarde es quién se queda en este mundo podrido a intentar ser más de lo que puede. Estoy seguro que hay algo más allá. Pensaba mientras observaba la roca. Terco. Loco. Así me decías cada que ponía el tema a discusión. Y hoy estábamos frente a mi solución. Ni siquiera habíamos discutido, esta vez observábamos la mesa y lo que había en ella. Nadie decía nada. Parecíamos un fotograma de algún filme de junkies. Cofortably Numb sonaba en el momento más excitante del solo de guitarra cuando apreté mi brazo con mi cinturón, tomé la roca, la puse en la cuchara, la calenté con el encendedor y vi cómo se derretía, pensé en todo aquello que imaginé durante tanto tiempo, los sueños que nunca se cumplían y las pesadillas que vivía día con día. ¿Estás lista? Te pregunté mientras acercaba la aguja de la jeringa a la cuchara, tú dudaste. No perdí tiempo, cuando la jeringa estuvo cargada, miré mi brazo y las venas hinchadas, no tuve piedad, ataqué mi brazo con la dosis completa, alcancé a ver tu rostro y llorabas, estaré bien alcancé a decir. El viaje fue tremendo mi cuerpo quedó molido y mi corazón destrozado, cuando el líquido entró a mi cuerpo no tardó en venir la taquicardia, me convulsioné y finalmente mi corazón dejó de latir. Ahora estoy en un lugar oscuro, no hay sonidos, aunque grito no escucho mi vos y pareciera que estoy flotando. Intento definir si estoy feliz o triste pero ni eso puedo. Las lágrimas aún escurren por tus mejillas, contemplas mi cuerpo inerte y ahora no sabes si avisar primero a la policía o a mi familia. Y aún tienes la palabra en tu cabeza y no te explicas porqué no la pronunciaste. ¡¡COBARDE!! Mientras pasas tu mirada sobre la mesa te das cuenta que hay un papel arrugado, lo tomas y lees: “Te espero amor mío”. Das la media vuelta y te vas para siempre.

1 comentario:

punk cat dijo...

Amar duele, es dificil, si fuera asunto fácil no existiría la soledad, elegimos esa parte de estar acompañados y cuando estamos juntos sentimos latir el corazon
este dia que terminó cual par de bipolares pasamos de la alegría a la tristeza y lueg alegría tristeza, pero aqui estamos, no hay nadie más en el mundo que piense tanto en ti como yo y yo sé que nadie más me dedica sus pensamientos como tu..mañana hoy será un dia nuevo, te amo con todo lo que esa fracesita implica.