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jueves

Cine de amor con calcetines puestos

Texto publicado en Quadrivium (Periodico en línea de la UNICACH)
Autor: Erick Tapia
Cabarets de mala muerte, alcohol, sexo, albures, groserías. El llamado cine de ficheras en México impactó a una sociedad que se encontraba en una debacle económica, perdida en el mundo del silencio, sometida y bajo un régimen en donde convenía no pensar de más.
De la picardía mexicana
En los años 80´s la industria cinematográfica entró en una crisis económica, de argumentos, calidad y capacidad técnica, por lo que fue necesario reordenar la manera de hacer cine. El video home hizo su aparición y se convirtió en la herramienta indispensable para contar historias cuyo objetivo era atraer grandes masas y explotar la “picardía mexicana”
Así somos los mexicanos, así nos descubrimos en el mundo: juguetones, coquetos, traviesos. El acto más irresponsable, sucio o vulgar es justificado por la condición casi genética que nos permite pasarnos un poquito de la raya. Recuerdo ahora la anécdota del mexicano que el 30 de junio de 1998, durante el mundial de futbol, fue detenido por orinarse sobre la llama eterna y apagarla. Ubicada bajo el majestuoso Arco del Triunfo, la llama eterna fue encendida el siglo pasado a principios de los años veintes en honor a los heroicos soldados anónimos que defendieron con su vida a su patria.
Algunos se sentirán avergonzados, el gobierno mexicano incluido, al haber tenido que ofrecer una disculpa diplomática con toda la pompa y circunstancia por una micción fuera de lugar. Otros, me atrevo a decir los mas, sienten (sentimos) una especie de schadenfreude cercana al orgullo patriótico. Hicimos historia, somos más chingones que los demás, aunque haya sido por los motivos equivocados. De estas pequeñas victorias esta hecho nuestro medallero social.
No es sorpresa entonces, que al ver en pantalla a tipos gorditos (gordos se oye feo), peludos, mujeriegos, flojos, etc., sintamos empatía por ellos. Las mujeres los aman, los hombres los respetan y lo mejor de todo es que siempre se salen con la suya. Los gringos tienen a Rambo, los ingleses a James Bond, los australianos a Cocodrilo Dundee y nosotros tenemos a Alfonso Sayas. Héroes todos, galantes, simpáticos, fuertes, valientes. Aunque diferentes el objetivo es el mismo, crear un arquetipo.
Entretenimiento vacío o expresión cultural
¿La falta de contenidos es suficiente razón para desvalorizar algo? Si el cine de ficheras es el periodo canceroso del cine mexicano ¿Dónde dejamos la opinión de toda esa gente que realmente disfruta esas películas, que las siente, que se divierte, que las goza? Sabemos que al ver, por ejemplo, “La pulquería”, no reflexionaremos sobre el papel del ser humano en el mundo, o lo complejas que son las relaciones humanas y sus sentimientos. Pero tendremos enfrente la historia de Gerardo, dueño de una pulquería y enamorado de Norma, su bella psiquiatra, que trata de recuperar su potencia masculina mientas el diablo, que ha venido a la tierra para descubrir qué es el amor, se emborracha y pierde su reino.
Tramas sin sentido como ésta encontramos en el género también llamado sexy comedia. Hasta el nombre merece atención porque resume en dos palabras la premisa con la que los directores trabajaban. Tiene que ser sexy (al parecer, el Caballo Rojas en calzones rojos era considerado sexy) y dar risa… aaaaacción!
Mexican - eros
Situaciones cómicas y eróticas, sin llegar a lo explicito para no “caer en lo vulgar” eran creadas. Imaginemos de pronto a Chico Che y La Crisis interpretando el éxito “Ton´s que mami”, suenan los primero acordes y ese saxofón juguetón comienza a cosquillear nuestros pies. Los músicos se mueven de aquí para allá al compás de la melodía. Chico Che canta sentado desde una silla de mimbre mientras la fiesta esta a todo lo que da, música, diversión, alcohol, bellas mujeres.
De pronto comienza una especie de orgía dancística en la que todos los presentes participan. La ropa estorba y se arma el todos contra todos. Mujeres de carnes gruesas, hombres raquíticos o en su defecto obesos y peludos, todos transitan este juego del amor.

2 comentarios:

Lord Edramagor dijo...

No pos eso que ni qué. Si el pinche Erick tiene su gracia. Juaaa!
Pos mexicano al fin, el cine de ficheras, será en algún momento motivo de culto como lo han llegado a ser las pelis del Santo. Se hizo cine (aunque se le quiera encasillar) en un momento en que del país no se podía hacer nada. El cine de ficheras superó las crisis y se convirtió en una industria de decenas (a veces cientos) de películas al año.
Si hemos de sacrificar cantidad por calidad, pa tener las dos otres películas mexicanas al año... tons....que vuelvan las nalguitas!!! queremos más amantes de presidentes en la pantalla grande!!! Que edith gonzález haga mínimo una peliii!!!
si ke siii!
Saludos punkcats!

Calixta dijo...

Ah que Don Erick...
Me trae a la memoria tantos instantes tras las cortinas de mi cuarto, escondida, junto a "el Toño" para disfrutar, tan siquiera de lejitos, el cine para adultos que acostumbraba a ver don Tony los fines de semana.
Lo malo de el asunto es que ahora que ya soy adulto y tengo a mi disposición el canal dedicado al cine mexicano; no puedo evitar taparme la cara de la vergüenza al ver los calzones rojos del galán de galanes.
Dios mio!!! ¡eso era cine! ¿eso era cine?; eso!!! era cine; eso era... cine.
XOXO